14 enero 2007

“Bluesmen 2” (Guimbarda). Blues grabado en la penintenciaría de Angola en el Estado de Luisiana (Estados Unidos), en fechas sin concretar, pero que puede ser a comienzos de los sesenta. Henry Oster recogió blues en estado puro, interpretado por hombres privados de la libertad y que cumplen condena en una cárcel granja del sur de Norteamérica. El disco es un excelente documento de la tradición musical negroamericana, que en el caso de los cantantes y músicos encarcelados también sigue los patrones del blues, es decir adaptar viejas canciones a sus experiencias. En el caso de las 13 canciones incluidas en este recopilatorio, la mayoría está relacionada con la falta de libertad, el desarraigo y la temática sexual, pero con una fuerte carga de crudeza que impone su recogida en un lugar en el que faltan los medios sofisticados de grabación para pulir un estilo que no lo necesita en casos como los de estos reclusos cantantes instrumentistas, quienes se expresan de mejor o peor manera, aunque con sinceridad. “Penitentiary blues”, Ball on chain for me”, “Lonesome blues”, “Standing at the Greyhound bus station”, “Rock me mama” y “Tell me pretty baby” muestran la otra cara de los bluesmen más marginales que necesitan la música como terapia o como forma de comunicarse. La carpeta del disco ofrece la imagen sin firma de una escena habitual de un lugar de trabajo para los reclusos negros.

Canciones: “Duckin’ and dodging”, “My baby got to go”, “Penitentiary blues”, “Lonesome blues”, “They’ll miss when I’ m gone”, “Rock me mama”, “Boll weevil blues”, “Hard headed woman”, “Standing at the Greyhound bus station”, “Tell me pretty baby”, “Ball an chain for me”, “Bad luck blues” y “Going to my old used to be”.

Músicos: Hogman Maxey, John Henry, Otis Webster, Guitar Welch, J. Butcher y The Cool Cats.

Otras portadas: Angola Prison Worksongs (1959).

“Ti, Galiza” (Ariola). El lugués de O Valadouro, Miro Casabella, con una década de trabajo musical, incluida su presencia en el movimiento Voces Ceibes, grababa en octubre de 1976 su primer elepé en solitario dedicado a su tierra y paisanos. Las canciones del disco con arreglos y dirección musical de José María Branco y Luis Pedro Faro, incluye asimismo instrumentación popular, gaitas y zanfona, que realza la galleguidad de este trabajo, donde la música se apoya en textos de conocidos autores gallegos. Xosé Manuel Casado, Ramón Cabanillas, Celso Emilio Ferreiro, Luis Pimentel, Uxío Novoneyra y Xavier Costa, cuando no es el autor el que presenta un texto propio o la adaptación de alguna estrofa popular. Las letras de las canciones de los citados escritores de diferentes generaciones representan una tendencia social muy en la línea del trabajo de Miro Casabella, implicado a mediados de los setenta, como ya había hecho con anterioridad, en la búsqueda de la normalización de la lengua y cultura gallegas. Esta tendencia resalta sobre todo en canciones recitadas como la que da el título al elepé o “Comenzo de canto” en las que se evidencia la reivindicación nacionalista. La cubierta del disco representa el grabado “Son moitos anos de estar no potro…compañeiros”, de Enrique Ortiz Alonso.

Canciones: “O meu pai”, “A maleta”, “A gran muralla”, “María Soliña”, “Anacos”, Ti, Galiza”, “Canzón para que un neno non durma”, “Goethe”, “O mariscal”, “Comenzo de canto” y “A bandeira”.

Músicos: Miro Casabella (zanfona y voz), Luis Pedro Faro (flautas del renacimiento caja y percusión), Xosé Casal (gaita), Miguel López (gaita), José María Branco (órgano Hammond y zanfona) y Anxeles Rubial (voz).

Otras portadas: Treboada (1979).