04 febrero 2013



La música, con letra entra


Fernando G. Lucini (Jaén, 1946) añadía a su labor de estudioso de la música el libro, editado en 1998, Crónica cantada de los silencios rotos. Voces y canciones de autor 1963-1997 (Alianza editorial), una publicación de casi 400 páginas que ofrece un intenso y hondo recorrido que va más allá de la cronología sobre un tiempo pasado y las personas que cantaron en torno a él. Con vocación pedagógica, que se agradece, Lucini recuerda como en 1963 escuchó en disco EP cuatro canciones de Raimon, entre ellas la inolvidable Al vent, que para el autor del libro constituyeron "una especie de lenguaje del alma", que le dio voz, abrió ventanas, apartó sombras, le hizo libre, le puso alas, alimentó ternuras, le quitó miedo a la soledad, le unió a la gente... En fin comenzó a sentir sensaciones que quedarían recogidas en las palabras de Carlos Cano, que utilizó Lucini para la introducción de la obra aquí citada.



Además de la introducción referida, el libro se centra en las siguientes partes: Y la palabra se hizo música, A la luz de los cantares, Epílogo, Retratos íntimos y Personajes que intervienen en esta crónica cantada. Cientos son los protagonistas de esa Crónica de los silencios rotos que desde los primeros días de la década de 1960 comenzaron con sus cantos, unas veces tomados de poetas, otras compuestos por ellos mismos, pero todos con la impronta de la universalidad de la canción popular que libre de barreras apuesta por un mundo mejor. Pero para entender mejor esa parte de la historia, entre 1963 y 1997, hay que leer la acertada crónica de Lucini, y darse cuenta de quiénes son los verdaderos protagonistas de un tiempo que por pasado no  puede olvidarse.

Y así volviendo al autor del libro, cuando fue comisario de la exposición ¡Volad canciones, volad! 50 años de canción de autor en España, comparto sus palabras:

Latidos al vent, de aguas de abril, de unicornios azules, de rabos de nube y de reparadores sueños.
Latidos galopando, a caballo del viento, anunciándonos que cualquier noche puede salir el sol e invitándonos a no empobrecer nuestros sueños...
Han pasado cincuenta años y todavía hoy permanece vivo, y continúa siendo necesario, ese revuelo de latidos entretejido al ritmo de canciones y al compás de palabras y de música del alma.
De ahí que, en la celebraciòn del Cincuentenario de la Canción de Autor, sigamos reafirmándonos ¡como quien respira! en el mismo deseo y en la misma invocación: ¡Volad, canciones, volad! Vuela el amor y en sus alas, el hombre y la libertad.